Cada 5 de junio se conmemora el Día Mundial del Medio Ambiente desde 1972 y coincidiendo con la primera cumbre mundial sobre medio ambiente: la Conferencia de Estocolmo;. Desde Fundación Másfamilia y la Iniciativa efr estamos concienciados con el cuidado del medio ambiente y con la problemática a la que nos enfrentamos con el cambio climático y por ello, trabajamos día a día para impulsar un cambio en la cultura empresarial en favor de la flexibilidad y de modalidades laborales como el teletrabajo o el trabajo en remoto (conocido como smartworking), siguiendo las indicaciones de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
El pasado mes de febrero celebramos la firma del Charter efr del Teletrabajo, al que ya se han adherido más de 85 entidades. Durante el evento, Roberto Martínez, director de Fundación Másfamilia y de la Iniciativa efr, explicó que el compromiso de las empresas con el teletrabajo puede mejorar la calidad de vida de las personas y del medioambiente: “Con el 20% de las plantillas de las empresas firmantes teletrabajando, se podrían ahorrar más de tres millones de toneladas de gases de efecto invernadero al año. Podríamos generar una auténtica revolución verde si muchas más empresas se comprometieran”.
Impacto ambiental del teletrabajo
Organizaciones como Greenpeace afirman que el teletrabajo es una de las opciones más ecológicas y económicas y es que, el teletrabajo impacta de manera positiva en el medio ambiente gracias a la reducción de los desplazamientos, a la menor ocupación del suelo urbano, a los cambios en el consumo, pero, sin duda, el principal y más significativo beneficio ambiental del trabajo remoto es la reducción de la huella de carbono y la disminución de la contaminación presente en el aire.
Según explica Ecoembes en la segunda edición del Libro Blanco del Teletrabajo, el trabajo remoto tiene impacto principalmente en la reducción de los desplazamientos desde los domicilios de los empleados hasta los centros de trabajo, de forma que los impactos ambientales relacionados con los desplazamientos, como son el dióxido de carbono (CO2), el monóxido de carbono (CO), los óxidos de nitrógeno (NxOy) y los dióxidos de azufre (SO2), se ven reducidos proporcionalmente.
Por otro lado, encontramos más impactos positivos del teletrabajo en el medioambiente más allá de los desplazamientos. La flexibilidad laboral y el trabajo en remoto permiten reducir la ocupación del suelo urbano. El espacio de los puestos presenciales en las oficinas y demás puestos de trabajo puede llegar a verse reducido en unos 2m2 de media, sin tener en cuenta espacios comunes como pueden ser las salas de reuniones, por ejemplo.
Menos combustibles fósiles y menor generación de residuos
Otro aspecto a tener en cuenta es la reducción del consumo de recursos no renovables como son los combustibles fósiles. Este descenso no solo se produce por la reducción de los desplazamientos en coche, sino que también se debe a la menos ocupación de las oficinas: se ahorra en el consumo de la luz, de gases refrigerantes y de combustible en calefacciones.
Tampoco podemos olvidar el cambio que se produce en el consumo de recursos y en la generación de residuos, aunque de forma menos directa que los anteriores casos que hemos explicado. En este aspecto, es importante resaltar que el uso de las nuevas tecnologías permite evitar un consumo excesivo del papel y de residuos de tóner a la hora de imprimir.
¿Apuestas por el teletrabajo en favor del medioambiente?
Como hemos visto en este post con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, el teletrabajo puede ser un gran aliado en la lucha contra el cambio climático, además de contribuir con la felicidad de las personas al facilitar la conciliación. Si tu entidad quiere apostar por el teletrabajo, puedes descargarte la segunda edición del Libro Blanco del Teletrabajo o contactar con el equipo de la fundación, que estaremos encantados de ayudarte. Incluso puedes ser firmante de nuestro Charter del Teletrabajo. ¿Te animas?