Hoy nos vamos a basar en la norma efr 1000-1 para hablar de un tema en cuestión: el diagnóstico efr. ¿Qué es este diagnóstico y qué pretende? Se trata de una revisión inicial de la iniciativa efr y que, tiene como principal objetivo determinar hasta qué punto existe en la organización la conciliación y el equilibrio real entre la vida personal y profesional de las personas.
Es decir, lo que pretendemos es establecer un punto de partida para, de esta forma, analizar y medir el avance de las compañías en conciliación. Sus conclusiones son fundamentales para poder realizar, posteriormente, una correcta planificación y diseño del modelo efr en la organización.
Para poder realizar un diagnóstico de la conciliación debemos de tener en cuenta el grado de cumplimiento la legislación vigente y vinculante, relacionada con el ámbito efr entre las que se encuentran, la conciliación de la vida personal, familiar y laboral, la integración laboral de personas con discapacidad, y la seguridad y salud laboral. Un segundo aspecto a identificar y evaluar durante el diagnóstico es el análisis del puesto de trabajo, entendido como la potencialidad de la conciliación desde la perspectiva del propio puesto y no de la persona que lo ocupa. El tercer elemento del diagnóstico es el análisis de la gestión de la conciliación.
Además de todos los aspectos citados, el diagnóstico efr fundamentalmente deberá contemplar la identificación, análisis y evaluación de los denominadas “voces”:
1. Voz del negocio o de la dirección. En particular del liderazgo y estilo de dirección explícita o implícitamente implantado en la organización, para determinar su carácter favorable o desfavorable para los propósitos efr de conciliación.
2. Voz del empleado o del colaborador. Se analizarán por un lado las expectativas y necesidades de los empleados en materia de conciliación, así como sus opiniones y valoraciones acerca de las medidas de conciliación.
3. Voz del mercado o de la competencia. A través de procesos de benchmarking, la organización deberá identificar el posicionamiento en materia de conciliación de aquella competencia previamente identificada.
Definitivamente, es necesario poner en marcha el sello efr, la certificación de calidad con la que se considera que una compañía cumple con todos los requisitos para ser miembro de esta nueva cultura sociolaboral y empresarial. Esta garantía reconoce la gestión y las buenas prácticas en las organizaciones para conciliar la vida laboral con la familiar.
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