Libro Blanco ‘Más allá del Teletrabajo: Una nueva forma flexible de trabajar’. Con este estudio pretendemos normalizar la práctica de esta modalidad de trabajo flexible y avanzar en el diseño de dichos entornos.
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La Ley 6/2019, de medidas urgentes para garantía de la igualdad entre hombres y mujeres, integra una serie de normas que son básicas para apostar por la igualdad y la conciliación. Así lo ha indicado Sincro, empresa de soluciones legales que ya ha apostado previamente por el certificado efr y, además, nos ayuda desde Másfamilia en este tipo de temas.
En primer lugar, el reglamento deja reflejado que, en caso de que las empresas tengan cincuenta o más colaboradores, sus medidas de igualdad deberán contemplarse en un plan elaborado.
Los planes de igualdad tienen que ser medibles. Se deben analizar los obstáculos que impiden o dificultan la igualdad efectiva tanto en mujeres como en hombres. Por eso, es necesario realizar un diagnóstico de medidas con la representación de las trabajadoras. Una evaluación que incorpora temas como el proceso de selección, la clasificación profesional, la formación, la promoción profesional, las condiciones de trabajo, la retribución y la prevención de acoso. Y todo ello, bajo el seno de la Comisión Negociadora del Plan de Igualdad.
Será obligatorio inscribirlo en el Registro de Planes de Igualdad, como un convenio o acuerdo colectivo del trabajo con los colaboradores.
Todavía quedan por desarrollar en la ley lo relativo a los contenidos, las auditorías salariales, los sistemas de seguimiento y evaluación de estos planes. Algo que se tendrá en cuenta para el futuro. Pero podría estar ya previsto en las empresas para trabajar a favor de la conciliación.
Promover la igualdad de oportunidades como valor en la cultura organizativa supone un reto y la conciliación se convierte en una palanca de gestión para obtener resultados en igualdad. Con el certificado efr puedes encontrar un modelo en el que trabajar en esta línea.
Nuestro entorno está completamente digitalizado y se trata de una oportunidad que nos facilita la tecnología para avanzar en el equilibrio de la vida personal y laboral de los colaboradores. Y para ello ya se han puesto en marcha políticas de teletrabajo y flexibilidad en muchas organizaciones. Pero también ha surgido la idea de smart working.
Además de ofrecer una mayor eficiencia a los colaboradores y una mejora en productividad para las empresas, el smart working, junto con la flexibilidad y el teletrabajo, supone un auténtico ejercicio a favor de la conciliación. Por tanto, ayuda en la selección de empresas, como factor decisivo.
A su vez, implantarlo en las compañías supondría un perfeccionamiento de la comunicación interna de todo el equipo y un ahorro de costes y gastos en mobiliarios.
Es un hecho que establecer el smart working como metodología de trabajo implica retos y un cambio en la filosofía de las empresas. Pero sería un error obviar la transformación digital y dejar a un lado el nuevo modelo flexible. De hecho, siguen existiendo organizaciones que piensan que la cantidad de horas trabajadas es mejor que la calidad del trabajo desarrollado, haciendo que les sea imposible avanzar.
La cultura organizativa, la confianza, los estilos de dirección y la orientación al logro, serán claves para comenzar a alcanzar el éxito del smart working y cumplir objetivos.
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Las tecnologías que han irrumpido en las empresas han logrado que los colaboradores hayan dado un paso más hacia la conciliación. Son mucho más rápidos y eficientes, y apuestan por una nueva filosofía de trabajo adaptándose a herramientas más automatizadas y diversas alternativas en la organización de la rutina diaria. Todo ello, ha fomentado el equilibrio entre una vida laboral, personal y familiar, pero todavía no es suficiente.
De hecho, la ansiedad y la depresión serán los principales motivos de baja laboral en el 2020. Así lo ha dejado reflejado la Organización Mundial de la Salud, y será preciso intentar paliar esta situación con medidas que aboguen por una auténtica conciliación. Lo que las entidades no saben es, que no solo saldrán perjudicados los colaboradores, sino que ellas también. Cuanto más felices sean, más motivados y comprometidos estarán.
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El mes pasado Randstad elaboró un estudio sobre las inquietudes de los profesionales a la vuelta de sus vacaciones, donde la conciliación ha sido clara protagonista.
Los datos reflejan que el 47% de estos profesionales se mudaría a otra ciudad española para encontrar un nuevo puesto de trabajo. Las estadísticas han mostrado que el 61,9% de los menores de 25 años manifiestan más disposición al cambio. Por tanto, a menor edad, mayor anhelo de traslado. Asimismo, entre los 25 y los 45 años también existe un porcentaje que revela un gran interés, el 50,5%.
El motivo principal de este desplazamiento viene de la mano del salario, en un 60,5% de los encuestados. Y el segundo factor es la conciliación, el equilibrio entre vida profesional y personal, con un 50,4%. Asimismo, la seguridad laboral también se sitúa entre una de las primeras causas de este cambio.
Aunque el deseo de conciliación ha estado igualado entre ambos sexos, son las mujeres las que han mostrado más interés por la conciliación, con un 52,5% frente al 48,8% de los hombres.
Las empresas actualmente se enfrentan a numerosos desafíos en conciliación, como mejorar en cultura, en responsabilidad y en confianza teniendo en cuenta la irrupción de nuevas fórmulas de trabajo. Para adaptarse a estos nuevos desafíos es imprescindible automatizar procesos, apostar por la flexibilidad, por nuevas fórmulas y conocer cuáles son las necesidades de su equipo de trabajo. Pero, sobre todo, es necesario que sepan qué es realmente conciliar.
La conciliación implica una mejora en eficiencia y productividad, mientras se atiende a un equilibrio entre la vida laboral, personal y familiar.
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